Me dirijo a ustedes como cientifico del cerebro, CEO de NN y como padre de un hermoso niño de 9 años.
Hace un tiempo atrás estuve sondeando el mercado de la educación, hablando con las personas que tienen algo que decir y hacer con la educación en este país y el mundo.
1. Algunos directores de las diversas instancias del Ministerio
de Educación
2. Algunos Decanos de la universidad nacional de
educación en la Cantuta
3. Especialistas de la Escuela de Postgrado de la
Cantuta en la Molina
4. Especialistas del programa de formación de
formadores del Ministerio de educación
5. Un evento virtual de la Fundación Telefónica
España en el que durante 5 meses cubrieron la pregunta sobre el rol
del profesor en la educación venidera
6. Psicólogos educacionales egresados de la Catolica
7. Profesores de inicial, primaria y secundaria de
colegios públicos y privados
8. Directivos de las UGELES
Y resulta que todos, sin conocerse entre sí, coinciden en un mismo punto
absolutamente ciego (como si se hubiesen puesto de acuerdo!): ellos no tienen ni la más
mínima idea de cual pudiese ser el papel del cerebro en la educación!
Tomemos dos ejemplos:
1. el evento de la fundación telefónica reunió a lo
mejorcito de la educación en el mundo y en ningún lugar de sus esfuerzos
durante la duración de todo el evento llegaron a mencionar el rol del cerebro
en la educación. Y yo veia horrorizado que mientras que incurrían en esta
gravísima falta estaban estas personas seriamente intentando definir el rol del maestro en el
horizonte de la educación venidera! Profesionalmente, a mi me parece un grosero
"oversight" y una ignorancia magistral (del tamaño de la empresa).
2. Hace 9 días tuve una conversación con un par de psicólogas
educacionales egresadas de la Católica –y ya con varios años de experiencia en
el campo. Al mencionarles el cerebro una de ellas declaró sin pelos en la lengua,
“Para mi el cerebro es tan complicado que nunca lo tomo en cuenta en ninguna de
las cosas que hago con mis alumnitos ni con mis pacientitos. No me parece que
los desajustes emocionales tengan algo que ver con el cerebro!” Qué cara habré
puesto yo que al mirarme me dijo, “qué pasa? Qué dije?” Y sin pelos en la
lengua le respondí: “Lo que me asombra no es la enormidad de tu ignorancia sino
la manera cómo te engríes con ella!”
Amigo lector, tomando en cuenta lo mencionado y mis 42 años de investigación en el campo de las neurociencias quiero denunciar algo de suma importancia para todos:
EL SER HUMANO VIVE TOTALMENTE DE ESPALDAS A SU CEREBRO
Esto tiene enormes connotaciones prácticas tanto para la CALIDAD DE VIDA del adulto (todo el cableado, el descableado y el recableado que le falta al adulto es el responsable de su pobreza material y espiritual) como para el TRATO que se le da a nuestros niños (el sometimiento, el aturdimiento y el engreimiento son factores que hacen imposible el cableado correcto).
Hay algo sagrado en
nuestra intangibilidad. Hay algo sagrado en nuestros niños. Esto sagrado premune a nuestros niños de múltiples orientaciones pero de una sola dirección.
1. Su dirección
es salir al mundo y también entrar en él.
2. Su orientación
es hacer su contribución –ser lo que cada uno ha nacido para dar.
3. Su imperativo
es convertirse en la clase de persona para quien sus sueños se puedan hacer
realidad. Y en efecto, así es, lo sagrado tiene que convertirse en persona.
4. Su estrategia
es involucrarse con su vida y relacionarse con la vida de sus contemporáneos.
El origen de nuestra intangibilidad es sagrado; es decir, viene de un lugar
en donde lo inefable en nosotros no ha sido tocado por la sociedad hasta que
aparece en la sociedad. Y en este punto es donde ocurren y continúan ocurriendo el desamparo y todos los daños, perjuicios, agravios, lesiones, transgresiones y traumas resultantes.
Nosotros los adultos, el que escribe incluido, somos el resultado de no haber sido acogidos por la sociedad de la manera en que necesitábamos ser acogidos para aparecer en el mundo sanamente y estar en él prósperamente. Al salir al mundo tenemos todos que aprender a movernos en el mundo. Pero aunque estemos en este mundo no somos de este mundo. Y esto sagrado en nuestros niños es el misterio que nosotros los adultos tendremos que aprender a resolver en nuestra propia vida con nuestra propia vida.
Desde el punto de vista del cerebro humano el niño y el adulto son dos caras de la misma moneda. Mientras que el primero se dedica a descubrir y afirmar su existencia el segundo ha de dedicarse, tarde o temprano, a resolver el misterio de su propia existencia. El niño está sometido a procesos FORMATIVOS. No lo tratemos como un producto. Si lo hacemos generamos procesos DEFORMATIVOS. Y todo niño adulterado será una adulto que tarde o temprano tendrá que ser castigado. Y por otro lado, el adulto tiene que retomar sus procesos TRANSFORMATIVOS y para ello TIENE QUE DEJAR de verse y tratarse a sí mismo como un producto!
Tras 45 años de investigación para entender cómo el cerebro juega su papel
en la salida de lo sagrado al mundo he elaborado una pedagogía que se asegura
de sostener estos procesos sin incurrir en los errores que nuestros antepasados
cometieron en lo tocante a la docencia y la crianza. Estamos hablando de una
pedagogía centrada-en-el-cerebro.
Nosotros los adultos, el que escribe incluido, somos el resultado de no haber sido acogidos por la sociedad de la manera en que necesitábamos ser acogidos para aparecer en el mundo sanamente y estar en él prósperamente. Al salir al mundo tenemos todos que aprender a movernos en el mundo. Pero aunque estemos en este mundo no somos de este mundo. Y esto sagrado en nuestros niños es el misterio que nosotros los adultos tendremos que aprender a resolver en nuestra propia vida con nuestra propia vida.
Desde el punto de vista del cerebro humano el niño y el adulto son dos caras de la misma moneda. Mientras que el primero se dedica a descubrir y afirmar su existencia el segundo ha de dedicarse, tarde o temprano, a resolver el misterio de su propia existencia. El niño está sometido a procesos FORMATIVOS. No lo tratemos como un producto. Si lo hacemos generamos procesos DEFORMATIVOS. Y todo niño adulterado será una adulto que tarde o temprano tendrá que ser castigado. Y por otro lado, el adulto tiene que retomar sus procesos TRANSFORMATIVOS y para ello TIENE QUE DEJAR de verse y tratarse a sí mismo como un producto!
A aquellos de ustedes leyendo estas lineas que viven sus vidas resolviendo
el misterio de vuestra existencia les solicito mediante la presente que me
ayuden a aterrizar este proyecto y hacerlo realidad para todos los niños de
este planeta. Empecemos con el Perú.
Con mucha alegría de recibirlos en mi hogar virtual por favor lean las lineas que siguen para que se enteren de qué se trata esto y de cual es su envergadura. Muchas gracias por vuestra visita.
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